Si ansiamos un vínculo espiritual, apasionado y platónico, basado en la comprensión mutua y en las experiencias compartidas... lo hallaremos en la AMISTAD. Esta virtud de encontrar en el otro "la mitad de nuestro ser" es el medio dorado entre los vicios de la hostilidad y la adulación; nutriéndose de confianza, lealtad, amabilidad y sinceridad.
El regalo más hermoso que podemos recibir, es un amigo; es quien da presencia, quien cumple su palabra. La amistad es la mezcla mágica que le da color a la vida. Es la sonrisa compartida de los buenos tiempos y el antídoto especial para los malos momentos. La amistad es como los fuegos artificiales: iluminan hasta los cielos más nublados.
Pero, aunque no parezca, definir la amistad es algo complicado: no es algo que se pueda ver o describir; su secreto está en el corazón, que susurra bajito, que también hay sentimientos en la vida, que solo hay que sentir.