En este caso podemos encontrar a un niño decepcionado que se ha sentido traicionado por parte del padre del sexo opuesto. Por lo tanto, ha perdido la confianza en este padre después de haber sido testigo de promesas no cumplidas, mentiras o señales de debilidad, tomando a ese padre como un irresponsable.
Cuando la persona contacta con esta herida a través de alguna experiencia cotidiana (objetiva o no), puede que exista un componente traumático del cual una parte de ella siente que debe protegerse. Así, la defensa psicológicas asociadas al posible trauma de traición es la controladora.
Su gran miedo a la separación, a sentirse repudiado. Las defensas asociadas son la desconfianza, la rabia y el control.