La negación, cuando es permanente, puede llegar a interferir en la forma que enfrentas tus desafíos y afrontas la realidad.
Estar en estado de negación significa que intentas protegerte al no aceptar la verdad sobre alguna situación en tu vida.
De manera que, la negación inicial y a corto plazo puede ser positiva porque te permite ir adaptándote a una nueva situación, bien sea dolorosa o estresante. Pero cuando se hace permanente no es saludable y es mejor dejarla atrás.
Los síntomas más notables de la negación, que te permitirán saber cuándo es un problema y no un mecanismo temporal, son: